La forma más fácil de
enfrentarse a las cosas es contarlas tal y como ocurren. Si esto
conlleva una buena dosis de tecnología y algunos hechos
insólitos, la cosa se hace difícil de explicar y
por lo tanto mucho más difícil de entender.
Este es el principal defecto del que
adolece Primer. No cabe duda de que es muy original,
está rodada con pocos medios pero los aprovecha a tope
y los protagonistas no están mal, cumplen su cometido de
forma correcta sin grandes alardes interpretativos, pues sus personajes
no los requieren. Algún momento de algo de dramatismo llega
a vivirse, pero muy suave.
La historia empieza, como los grandes
proyectos, en un garaje, donde los protagonistas tienen su centro
de operaciones en el que realizan investigaciones e intentan llevar
delante de forma algo penosa los proyectos que le van saliendo
para ir tirando. Dos de los cuatro componentes del equipo empiezan
a desarrollar uno de los aparatos y se dan cuenta de que tienen
entre manos algo más grande de lo que pensaban. A partir
de ese momento siguen ambos solos por ese peligroso camino que
les deparará grandes posibilidades y terribles peligros.
La película está dividida
en dos partes. En la primera se nos bombardea con una terminología
pseudo científica constantemente, llegando a aturdir porque
no aporta nada en realidad al no entenderse por la mayoría
de los mortales.
Una vez han desarrollado su invento
y empiezan a utilizarlo, la cosa deriva hacia otros derroteros.
En todo momento sabemos qué es lo que están haciendo
pero todo se lía de tal manera que no se comprende realmente
como lo hacen.
Además, como tantas veces,
está el tema del doblaje. Por algún motivo desconocido
se ha variado una parte importante en la película y es
que una voz en off que nos explica ciertas cosas a lo
largo de la película y que en el original era de uno de
los protagonistas, en la versión en castellano es doblada
por otra persona diferente, lo que supone un cambio significativo
en la obra. Comprendo que los dobladores sean trabajadores honrados
que necesitan comer, pero animo a ver las películas en
versión original y me parece una atrocidad cambios de este
tipo. Recientemente ha habido otros dos sangrantes ejemplos: La
memoria del asesino, película belga a la que se
le ha traducido el título sin hacer mención al Alzehimer
que sufre el protagonista y que sí estaba en el original
y Kung-fu Sion, que es un
despropósito de doblaje en plan regionalista y con acentos
de todo tipo menos del Chino original.
Siguiendo con la película,
comentar que fue una de las grandes triunfadoras del cine independiente
en Estados Unidos en el 2004. Detrás de ella hay un nombre
principalmente: Shane Carruth, que además
de protagonista es productor, director, guionista y ha compuesto
la música, por lo tanto la obra es algo muy personal, ya
que este hombre es ingeniero, así que sabe bastante de
lo que habla.
El presupuesto para rodarla fue ínfimo
teniendo en cuenta lo que suele ser normal, ya se quedó
en los 7.000 dólares. Esto influyó en que muchos
de los efectos sonoros se hicieran de manera arcaica, las localizaciones
se consiguieran a base de telefonear a los amiguetes y que fuera
rodada en 16 mm. para abaratar costes, lo que la dota de una fotografía
peculiar.
Con todos estos aspectos en juego,
el resultado final es una obra original pero bastante lioso, con
visos de que se convierta en obra de culto, calificativo que arrastrará
también a su creador. Supone un soplo de aire fresco dentro
de una industria norteamericana muy falta de ideas, pero le falta
mucho para llegar al gran público de manera directa, lo
que la deja en esa tierra de nadie de las películas llamadas
independientes por los americanos y de autor en nuestra vieja
europa.