EL JOVENCITO FRANKENSTEIN (YOUNG FRANKENSTEIN)
  DIRECTOR: Mel Brooks
GUIÓN:
Mel Brooks y Gene Wilder (basado en la novela de Mary Shelly)
 
INTÉRPRETES:
Gene Wilder (Dr. Frederick Frankenstein), Peter Boyle (Monstruo), Marty Feldman (Igor), Madeline Kahn (Elizabeth), Cloris Leachman (Frau Blucher), Teri Garr (Inga), Kenneth Mars (Inspector Kemp), Gene Hackman (Hermitaño ciego)
 
GÉNERO:
Comedia terrorífica
1974


PUNTUACIÓN:
1010
   


Un clásico del cine de humor a la altura de cualquier comedia de los hermanos Marx, los Monty Python o los dos máximos artífices de esta, dos cómicos consagrados.

En la parte de la dirección está Mel Brooks, un director y actor (aunque aquí su principal aportación son todos los sonidos extraños que se oyen: lobos, gatos… todos los hace él) con un estilo muy personal y una dilatada carrera. El protagonista es Gene Wilder, otro asiduo a producir carcajadas, procedente del Actors Studio. Además firman el desternillante guión entre ambos, un guión repleto de estupendos gags a veces difícilmente traducibles a otros idiomas, por lo que en la versión doblada pierden su gracia en otros casos simplemente se ignoran. Por cierto, estuvo nominado al Oscar como mejor guión adaptado, porque aunque sea difícil de asimilar viendo la película, hay que recordar que está basado en un clásico romántico de la literatura de terror de Mary Shelly. De hecho los pasajes que se leen del libro del abuelo Frankenstein son pasajes de la novela.

Una vez dicho esto hay que decir que la historia cambia un poco. El protagonista es el nieto del Doctor Victor Franskenstein. Él quiere que lo pronuncien Fronkonsteen, porque se avergüenza de los trabajos de su abuelo, pero al morir este es llamado a Transilvania y allí descubre que lo que pretendía su abuelo es realizable, por lo que sigue con los experimentos con la ayuda de la sirvienta, Igor, el nieto del ayudante del abuelo y otra ayudante que le buscan. La vuelta a la vida del monstruo se realiza, pero el cerebro que elige Igor, del tipo A-normal, no ayuda mucho a que el éxito sea completo. Los pueblerinos tampoco colaboran y a partir de ahí la historia se sale de la original de Shelley más todavía.

Repasando al resto del reparto aparte de Brooks y Wilder nos encontramos a otro actor que con su físico no le quedó otra que dedicarse al humor, hablo de Marty Fieldman, una cara que no se olvida, sobre todo por su papel de Igor aquí (pronunciado “aigor”, otro chiste de doble sentido que no se coge en el doblaje, pues se pronuncia como “Eye-gore”). Un papel jugoso que hace reír sólo de verlo, con sus ojos saltones (naturales) y su joroba (hecha con un postizo de los que se usan en el cine para las mujeres embarazadas) que cambia de lado. Su carrera no es muy amplia, pues murió joven de un ataque al corazón en México.

El monstruo (que no tiene nombre, ni aquí ni en el original) es Peter Boyle. Si se lo propusiera asustaría (quizás no tanto como los clásicos), pero este monstruo sufre más de lo que hace sufrir. Tiene sus más y sus menos con un monje ciego que se las hace pasar canutas y que si están un poco más juntos lo devuelve a su estado natural de muerto. Está interpretado por un irreconocible Gene Hackman, amigo de Wilder al que pidió un papel y no quedó otro que este. Un acierto.

La parte femenina está compuesta por Teri Garr, que es Inga, la sexy y cándida ayudante alemana del doctor. Desde la primera escena en la que le invita a revolcarse por el heno está arrebatadora. Esta actriz empezó como bailarina y trabajó en varios films de Elvis. Después ha hecho un poco de todo, desde Tootsie a Dos tontos muy tontos, pasando por Jo qué noche. Cloris Leachman es la sirvienta antigua amante del abuelo Frankestein. Su personaje se llama Frau Blucher, un nombre que no se debe pronunciar al lado de un caballo, pues los encabrita invariablemente. Hagan la prueba. Por último Madeline Kahn (nada que ver, creo, con el portero Oliver) es la prometida del Dr. que va a visitarle a Transilvania y acaba… bueno, mejor descubrirlo. El resto de actores, y varios de estos son habituales de las películas de Brooks.

Las influencias de esta película son clarísimas. En primer lugar la aparición del castillo de Frankenstein tiene un toque a la mansión Xanadú de Ciudadano Kane. Pero el principal parecido es con las películas de James Whale: Frankenstein, de 1931 y la Novia de Frankenstein, de 1935. Después vendrían otra serie de secuelas, de lo que se hace un chiste en la película. Cuando ven que vuelve el Dr. Frankesntein se reúnen en el pueblo y dicen que no están dispuestos a aguantar otra secuela. Y ya van cinco.

Está muy bien conseguida esa atmósfera del tipo de las películas de Boris Karloff de los años 30, a lo que ayuda la fotografía en blanco y negro. Sobre todo está muy logrado el laboratorio del Doctor, porque en realidad es el mismo del Frankenstein del 31. Cuando fueron a hacer la película contactaron con el creador de aquellos decorados y aún los guardaba en un garaje, así que lo rehicieron y crearon alguna cosa más y les quedó prácticamente igual, más de cuatro décadas después.

Desde luego se lo pasaron genial rodando la película. Hay mucha improvisación y a veces se ve que los actores están a punto de estallar en carcajadas. Mel Brooks contaba que rodó la película con un pañuelo en la boca para evitar estropear escenas riéndose, cosa que ocurría constantemente.

Yo la calificaría como imprescindible dentro de las comedias guasonas junto a La vida de Brian. Hay que verlas.

 

J.F.K.
 


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